Exististe en un lugar de mi mente que habitaste sin dudarlo sabiendo que algún día serías expulsado. Te vestiste con ese traje aún sabiendo que no era tuyo y te paseaste orgulloso por cada habitación que encontraste a tu paso.
Pensaste que el reflejo de los espejos te pertenecía en la ignorancia de que era mi deseo el que te vestía.
Te sorprendiste un día desnudo, desahuciado y deseando ser quien no eras.
Habitaste un lugar de mi mente del que te eché, sin dudarlo.