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The Show-Her

La ducha es una pila bautismal de andar por casa, un Ganges a domicilio, un pequeño hammam para abluciones diarias, el torrente de agua en el que nos depuramos y relajamos de la contaminación cotidiana. Es la paz que escondemos tras una cortina de plástico, la fuente en la que nace la inocencia, el gran tsunami que nos aclara el pelo, nos suaviza la piel, nos reinstaura la amnesia y se lleva la costra que nos van dejando el humo, el polvo, el maquillaje, el barro de las calles y hasta las cosas que no nos atrevemos a contar. La ducha es una terapeuta de agua tibia, un confesor sin normas, un teléfono de la esperanza, un chubasco de oxígeno para volver a respirar. Una excusa, una depuradora y un escondite. Un despertador y un somnífero.

Texto: El Faro del Impostor